miércoles, 24 de octubre de 2012
Your hand in mine
Nena mía, porque sos mía y solo mía:
Nadie me hace el amor, y en el trabajo todos me dicen Leprosa. Gracias por estár conmigo a pesar de eso, muñeca.
Recuerdo con ternura las noches que pasamos juntas recorriendo espaldas morenas y me agarra un no-sé-qué, un nudo en el corazón, porque todos dicen que lo que hacemos está mal, pero yo no puedo ni quiero alejarte de mi cuerpo. Antes tendrían que atarme de manos para que no nos toquemos. El piel con piel con vos me mata.
Lo que pasa es que los hombres son brutos y no les gustan estas cosas, ellos prefieren tenernos subordinadas a sus caricias, pero con vos es otra cosa, y se que a vos te pasa lo mismo: Por como me rozas, digo. Igual odio que nos traten de cerdas, cuando son ellos los que transpiran y se retuercen encima nuestro, que sociedad machista del orto la odio.
Pero entre nosotras no nesecitamos las palabras, dejemos las palabras a los poetas que son todos putos y no entienden nada, lo nuestro es mas táctil que otra cosa. Lo oral no nos compete.
Te escribo para decirte que son casi las 5 y en mi jardín está empezando a bajar el sol. A esta hora del día me pongo romantica y sentimental y me gustaría que nos tiremos las dos juntas en la hamaca paraguaya a ver los colibríes. Y si nos espían los vecinos no me importa, ellos son los unicos pajeros de esta historia, no sosotras, mi vida.
Te cuento que ya florecieron las alegrías del hogar y las damas de noche. Esto me hizo acordar a lo bien que acaricias los pétalos... Ay mi amor, ya sé que eso de los pétalos no fué una metafora muy elevada, pero otra cosa que me gusta de vos es que no me juzgas y no me exigis nada. Lo que mas amo es tu eterno silencio cargado de sentido.
Tus uñas comidas me llenan de ternura, sin tu amor me quedo manca.
Siempre tuya,
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